sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Hay Apóstoles Modernos?

La palabra "apóstol" básicamente es una transliteración de la palabra griega "apostolos". Se define como "alguien enviado con una comisión". No es sencillamente un "mensajero", que viene de la palabra "angelos", de la cual también tenemos nuestra palabra "ángel".
En el sentido básico, había varios "apóstoles", incluyendo a Bernabé, Hechos 14:14. En el contexto encontramos la comisión, vs. 13:2-5. No obstante, esta clase de comisión no está en vigor hoy día. Muchas veces he pensado que habría sido mucho más fácil si todavía el Espíritu Santo nos enviara específicamente donde Dios quisiera que fuéramos. Pero en el día de hoy, oramos pidiéndole a Dios que nos ayude saber donde Él quiere que vayamos. Le pedimos que abra las puertas correctas y cierre las equivocadas. Sin embargo, después de todo, tenemos que probar las puertas para saber cuales están abiertas.
Además del sentido básico, existe el sentido principal en las Escrituras de la palabra "apóstol" con referencia a los "doce", y luego también a Pablo, 1 Corintios 15:7-9. Estos apóstoles eran distintos. Estos tenían el apostolado como "oficio", Hechos 1:20, ademas que para elegir el susesor de Judas habia una gran multitud (Hechos 1:15), pero solo eligieron a dos de ellos que eran los que cumplian ciertas condiciones que se explican en los ver.21 y 22:
"21  Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22  comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección."
Note las palabras subrayadas ¿Que apóstol moderno puede reunir esos requisitos?
 Estos hombres recibieron la "gran comisión", los once apostoles elegidos por Cristo, luego Matias y Pablo como apóstol a los gentiles. Además de haber sido enviados con una comisión estos fueron aun más especial en que tenían que llenar el requisito de haberlo visto al Cristo resucitado, Hechos 1:21,22. Entre los que llenaron este requisito, Jesucristo escogió estos apóstoles, Lucas 6:13; Hechos 1:23-26; 9:15. Pablo dijo que él era el "último de todos" que iba cumplir el requisito, 1 Corintios 15:8.
Pablo se refirió a sí mismo y a los doce apóstoles como los "santos apóstoles", Efesios 3:5. Estos están en la iglesia hasta el día de hoy, no como físicamente vivos, caminando entre nosotros, sino en la "fundación" de la iglesia, Efesios 2:20. Note que los apóstoles y los profetas eran muy especiales, pues se les menciona en los dos pasajes. Jesucristo mismo puso ciertos oficios en su iglesia, Efesios 4:11-13. ¿Cómo sabremos si todos siguen en vigor o no? ¿Cómo sabremos cuáles "no" y cuáles "sí"? Los apóstoles y profetas están en la fundación. Los cristianos de hoy somos "piedras vivas" edificadas sobre esta fundación, 1 Pedro 2:4-6; Efesios 2:20. Nadie puede echar más fundación, 1 Corintios 3:11.
Estos apóstoles tenían un "poder" especial, Hechos 1:8, compare con v. 2. No solamente tenían el Espíritu Santo, sino también, "recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros". Este poder especial se manifiesta claramente en la historia de las conversiones de los samaritanos, Hechos 8:5-24.
Considere: Felipe fue "lleno del Espíritu", Hechos 6:3-6. Los apóstoles le impusieron las manos. Antes de este capítulo no hay record en el libro de los Hechos de alguien más de los apóstoles haciendo milagros. Después de haberle impuesto las manos, empezó a predicar y hacer milagros, Hechos 6:8; 8:6-8. Entonces algo muy interesante e importante sucedió...
Hechos 8:14-19 Los apóstoles que estaban en Jerusalén, al oír que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, los cuales descendieron y oraron por los samaritanos para que recibieran el Espíritu Santo. Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos el Espíritu Santo; solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo. Cuando Simón vio que por medio de la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: -Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.

Preguntas:

1. ¿Por qué no habían recibido el Espíritu Santo, los samaritanos?
2. ¿Por qué Felipe, quien era "lleno del Espíritu", no impuso sus manos sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo?
3. ¿Por qué fue necesario para los doce enviar a Pedro y a Juan desde Jerusalén hasta Samaria?
4. ¿Cómo es que Simón "vio que por medio de la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo" y tantos hasta el día de hoy no pueden verlo?
5. Si todo lo anterior es verdad, ¿qué pasó cuando el último de estos apóstoles murió?
Cuando toda la verdad había sido revelada a los apóstoles y profetas por el Espíritu Santo, Juan 16:13, y esa verdad había sido confirmada por los dones del Espíritu Santo, Marcos 16:20; Hebreos 2:3,4, entonces se acabó lo que era en "parte", vino "lo perfecto" (o completo) y cesaron los dones, 1 Corintios 13:8-13.
Si somos, como decimos ser, la iglesia verdadera que Cristo edificó, es preciso que estemos edificados sobre las enseñanzas de Cristo, de los profetas y de los apóstoles, Hechos 2:42. Pablo solemnemente amonestó a cualquier que quisiera cambiar o adaptar esa doctrina, Gálatas 1:6-10.
Había manera para probar a alguien que reclamara ser "apóstol", Mateo 7:15; Hechos 17:11. En el primer siglo algunos dijeron que eran apóstoles pero fueron hallados "mentirosos", Apocalipsis 2:2. Si aplicamos el mismo examen a los que dicen ser apóstoles hoy, así les hallaremos, también.

¿Es necesario bautizarse para que Dios nos perdone?

¿Es necesario bautizarse para que Dios nos perdone? 
Algunos lideres religiosos eneseñan que al confesar el arrepentimiento ya eres salvo sin necesidad de bautizar a la persona. Para ello utilizan varios pasajes como Romanos 10:9:

"que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. " 

Veamos que nos enseña  la Biblia al respecto:
La Biblia es palabra de Dios, y así es la única autoridad infalible que tenemos; Si es "infalible" no contiene errores; y si no contiene errores, tampoco tiene contradichos. Suponiendo que hasta aquí estamos 100% de acuerdo, analicemos ciertos textos.
El versículo que mencionó, Romanos 10:9, dice: “que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y si crees en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, serás salvo”.
Aquí encontramos una promesa condicional con dos cosas específicamente mencionadas necesarias para la salvación:
La promesa: "serás salvo"
Las condiciones:
1. Confesar a Jesucristo
2. Creer que Dios le levantó de entre los muertos.
Ahora veamos un texto del estudio, Hechos 2:38— “Pedro les dijo: Arrepentíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
En este tenemos dos promesas condicionales con dos cosas específicamente mencionadas necesarias para la salvación.
Las promesas:
1. Perdón de vuestros pecados
2. El don del Espíritu Santo
Las condiciones:
1. Arrepentirse
2. Bautizarse
Aunque los dos textos prometan la salvación, las condiciones de uno son diferentes de las del otro. Si ya hemos aceptado lo mencionado arriba, que no hay contradichos en la palabra de Dios, entonces tenemos que aceptar lo que dicen los dos textos y armonizarlos en una manera que evita el choque.
Alguien podría decir que él acepta lo que Pablo escribió a los Romanos, y puesto que Pablo no dijo nada en relación con el arrepentimiento y el bautismo para ser salvo, que esto basta. Así tendría que rechazar lo que Pedro dijo, o aceptar la posibilidad de haber contradichos en la palabra de Dios.
Otro podría decir que él acepta lo que Pedro predicó en Hechos 2:38, y puesto que no dijo nada de creer ni de confesar en relación con la salvación, y que esto basta. Así tendría que rechazar lo que Pablo escribió, o aceptar la posibilidad de haber contradichos en la palabra de Dios.
¡Qué triste sería si estas fueran nuestras únicas opciones! Pero hay otra.
Otra persona lee los dos textos con su mente y corazón abiertos a la verdad de Dios y dice que aquí tenemos promesas condicionales de Dios con cuatro condiciones específicamente mencionadas necesarias para ser salvo.
Las promesas:
1. Ser salvo
2. Perdón de pecados
3. Recibir el Espíritu Santo
Las condiciones:
1. Confesar a Cristo
2. Creer
3. Arrepentirse
4. Bautizarse
Analizando los puntos podría ver que tener "perdón de pecados" y "recibir el Espíritu Santo" es otra manera para decir "ser salvo". Además podría pensar en la relación de las condiciones y ver una orden lógica.
¿Cómo puede uno "confesar a Cristo" antes de "creer"? ¿Cómo puede alguien "arrepentirse" (cambiar su actitud hacia el pecado) antes de "creer"? ¿Por qué uno "confesaría a Cristo" antes de "arrepentirse"? Así llegaría forzadamente a la conclusión que la única orden lógica de estas condiciones es:
1. Creer en Jesucristo
2. Basándose en su fe, arrepentirse de sus pecados
3. Basándose en su fe y arrepentimiento, confesar a Cristo
4. Basándose en su fe, arrepentimiento y confesión de Cristo, obedecerle siendo bautizado
5. Entonces recibir las promesas: tener sus pecados perdonados o sea ser salvo y recibir el don del Espíritu Santo
Esto concuerda con toda escritura que toca la salvación. Por ejemplo: Jesucristo dijo, "El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). No es ninguna clase de contradicho. Es cierto que aquí Jesucristo no mencionó ni arrepentimiento ni la confesión, pero en otros textos, sí, los mencionó: El Arrepentimiento (Lucas 13:3) y La Confesión (Mateo 10:32,33).
Los textos que mencionan solamente una condición para ser salvo no contradicen los textos que mencionan dos o más. Todo lo relacionado con la salvación tiene que ser aceptado como verdad e igual de importancia.
Por esto, escudriñemos las escrituras para ver si lo que nos enseña es verdad (Hechos 17:11) y aceptemos todo lo que la palabra de Dios dice, sin agregar, sin quitar (Apocalipsis 22:18,19). Así estamos en lo seguro.

 

 

El Reino de Cristo ¿Existe Ahora o Debemos Esperarlo?

En este mundo, hay muchas ideas relacionadas con la llegada del reino de Cristo. Algunos dicen que el reino empezó con el ministerio de Juan el bautista o de Jesús. Otros dicen que el reino de Cristo empezó cuando Jesús les mandó a los apóstoles, cuando Jesús resucitó o en el año 1914.
Pero, ¿sabe usted que la mayoría de los religiosos están esperando el reino de Cristo? Muchas personas piensan que Jesús vendrá para establecer su reino aquí en la tierra. Entonces, va a reinar por 1000 años para darles a los pecadores otra oportunidad de obedecerle.
Esta lección es muy importante para todos los que quieren entender mejor la voluntad de Dios acerca del reino de Cristo. Quiero decirles primero: La Biblia nos enseña claramente que el reino de Cristo está con nosotros, hoy día. En este estudio veremos tres puntos acerca del reino de Cristo: (1) El reino es espiritual (2) El reino empezó el día de Pentecostés (3) El reino y la iglesia son lo mismo.
El Reino es Espiritual
Antes que podamos entender la palabra de Dios sobre el reino de Cristo o cualquier tema de la Biblia, tenemos que saber que la palabra es espiritual.
El apóstol Pablo dice: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Corintios .2:14). Hay que leer la palabra de Dios con ojos espirituales. Muchas veces los hombres pervierten y adulteran la palabra cuando la explican con ojos carnales. Hacen aplicaciones carnales a las cosas espirituales.
Por ejemplo, muchos hombres religiosos en la Biblia estaban pensando en un reino físico. Tenemos el mismo problema hoy en día. Mucha gente piensa solamente en la tierra y no en lo celestial. Pablo dice: “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17).  El reino de Dios no consiste en cosas físicas, terrenales, temporales, sino en las cosas espirituales de Dios. Las cosas del reino de Cristo no se pueden ver con ojos físicos, sino con los de la fe.  Si Jesús hubiera querido reinar sobre un reino terrenal, lo habría hecho. La Biblia dice: “Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo” (Juan 6:14,15). La gente quería que Jesús reinara en este mundo, pero Jesús rehusó hacerlo. Si Jesús hubiera querido reinar en esta tierra, entonces habría sido una oportunidad perfecta para él.    
Pocas horas antes de su crucifixión, Jesús le dijo a Pilato: “. . . Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” (Juan 18:36).
El reino del que Jesús estaba hablando no era carnal, sino espiritual. Es decir que no está hecho de las cosas temporales, ni materiales. El punto que Jesús estaba explicando era que si su reino hubiera sido terrenal, entonces sus discípulos habrían peleado para protegerlo y proteger a Jesús como Rey. El reino de Cristo es espiritual, no es material.
Ahora bien, ¿Cuando Llegó el Reino de Cristo?
Cuando Jesús y Juan el bautista estaban en el mundo el reino de Cristo estaba acercándose. Juan predicaba “diciendo Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2). Jesús predicaba después de Juan “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). El Reino estaba cerca. Los setenta que Jesús mandó, también, predicaban que el reino de Dios estaba acercándose a la gente. Jesús les dijo: “Y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles; Se ha acercado a vosotros el reino de Dios (Lucas 10:9).  Los judíos habían estado esperando el reino de Dios por muchos años, entonces Jesús, sus discípulos y Juan el bautista anunciaban que el reino estaba muy cerca. Hoy en día, los falsos predicadores dicen que el reino todavía no ha llegado. En realidad, están diciendo que Jesús y sus discípulos mentían.
El Reino de Cristo llegó durante la vida de sus discípulos.  Jesús les habló a sus discípulos y a la gente diciendo: “. . . de cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte [no sufrirán la muerte] hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder” (Marcos 9:1).  En otras palabras, Él les dijo que algunos que le escuchaban no iban a morir hasta que hubieran visto el reino de Dios.  Esto quiere decir que el reino llegó en el primer siglo cuando los discípulos que habían escuchado a Jesús estaban viviendo todavía. 
¿Decía la verdad nuestro Señor Jesús? Los religiosos, hoy día, dicen: "No, porque el reino todavía no ha llegado". ¡Están negando las palabras de Jesús! ¿Cuándo llegó el reino de Dios? 
En Marcos 9:1, la palabra nos dice que el reino iba a venir “con poder”. Pero, ¿Qué quiere decir esto? Jesús les dijo a sus apóstoles: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49). En estos textos, vemos tres profecías importantes:
El reino iba a venir durante la vida de los discípulos de Jesús (Marcos 9:1).
El reino iba a venir con gran poder (Marcos 9:1).
El poder iba a venir cuando el Espíritu viniera sobre ellos en la ciudad de Jerusalén (Lucas 24:49).
Estas profecías fueron cumplidas el día de Pentecostés en Hechos capítulo dos. En aquel día, el Espíritu Santo vino sobre los apóstoles con gran poder en la ciudad de Jerusalén.  En este capítulo, Pedro abrió la puerta del reino de Dios con las llaves que Jesús le había prometido en Mateo 16:18,19. Jesús le dijo a Pedro: “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos. . .”. Jesús cumplió su promesa en Hechos dos. Pedro había recibido el bautismo del Espíritu y el versículo 14 dice: “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló. . .”.         En este texto, Pedro le dijo al pueblo de Israel lo que tenía que hacer para entrar al reino de Cristo. “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). En aquel día como tres mil personas fueron bautizadas y añadidas a la iglesia. En otras palabras, nacieron en el reino de Dios—nacieron de agua y del Espíritu (Juan 3:5).
Después de muchos años, Pablo les escribió a los Colosenses, y les dijo que habían sido librados del poder de Satanás y añadidos al reino de Cristo. Pablo les dijo que Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Col.1:13,14).  Los colosenses, como todos los hombres, estaban perdidos bajo el poder del diablo, pero entraron al reino de Jesús. Fueron limpiados en la sangre de Jesús, perdonados de sus pecados y trasladados al reino de Cristo.  Pero, ¿Cómo podían entrar al reino de Cristo si no existió?  Hoy en día, la mayoría de los hombres religiosos están esperando la venida del reino de Cristo.            
No quieren aceptar el hecho que el reino llegó hace muchos años en el primer siglo y los colosenses y los demás cristianos estaban en el reino.  La Biblia, también, dice que el apóstol Juan estaba en el reino (Apocalipsis 1:9).
La Iglesia y El Reino Son Lo Mismo
Pablo nos explica que los cristianos fueron llamados al reino de Dios. Él dice: “Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria” (1 Tesalonicenses 2:12).  Y después, Pablo dice que fuimos llamados en un solo cuerpo. Colosenses 3:14 dice: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos” (énfasis tm). ¿Qué es el cuerpo? Dice la lectura de Colosenses 1:18, 24 y Efesios 1:22,23 que el cuerpo es la iglesia. Entonces fuimos llamados a la iglesia (cuerpo) y fuimos llamados al reino de Cristo.  Concluimos, por eso, que la iglesia y el reino son iguales.
Según Colosenses 1:13, fuimos trasladados al reino por el Señor, pero también según  Hechos 2:47, fuimos añadidos a la iglesia por el Señor.  Es otra evidencia que la iglesia y el reino aquí en la tierra son lo mismo.
También, Colosenses 1:14 nos enseña que tenemos acceso a la sangre de Cristo en el reino. De la misma forma, Hechos 20:28 dice que la iglesia fue comprada por la sangre de Cristo.  Quiere decir que son iguales. Son la misma institución.
Conclusión: Hemos mostrado según las escrituras que el reino de Jesús es espiritual. Y el reino empezó el día de Pentecostés y los cristianos en el primer siglo estaban en el reino. También, la iglesia y el reino son lo mismo. ¿Cómo se puede entrar al reino de Cristo hoy?  Hay que Oír la palabra de Dios (Romanos 10:17), Creer en ella (Marcos 16:16), Arrepentirse de sus pecados (Hechos3:19), Confesar su fe en Cristo (Romanos 10:9,10), y Bautizarse para el perdón de los pecados (Juan 3:5; Hechos 2:38).